Se derrumba (otra) expectativa: viagra femenino puede esperar
México. Carlos Macías. Dedicaron todo el 2010 a convocar en su página de internet a mujeres interesadas en participar en la última fase de sus pruebas, mismas que se prolongarían hasta el 2011.
Sacaron avante dos etapas intensivas de estudios con perspectivas esperanzadoras.
Anunciaron con bombo y platillos en julio de este año el avance promisorio de su fase culminante (la fase III), previa a la aprobación de la FDA, la entidad responsable de dar el visto bueno a los nuevos medicamentos en los Estados Unidos.
Pero algo pasó…
Este miércoles, la biotecnológica estadounidense Biosante reconoció con decepción que la fase III de su medicamento estrella que sería llamado LibiGel (un compuesto hormonal más masculino que femenino: testosterona, en presentación gel) no pudo ofrecer respuesta eficaz a uno de los padecimientos más comunes de la mujer en edad madura: la disfunción sexual (FDS, por su siglas en inglés) y –en particular- el desorden del deseo sexual hipoactivo (HSDD), que suele presentarse en las mujeres postmenopáusicas.
Otra vez será. Un laboratorio más que pierde su oportunidad.
Biosante vio esfumarse este día de sus manos, con la depreciación de sus acciones, el alto valor con el que el mercado ha tasado la alternativa médica al HSDD.
No exageramos al afirmar que, en espera de una respuesta médica equivalente a la disponible hoy para los hombres, permanece la mesa puesta: existe un mercado potencial de decenas de millones de consumidoras, que ha sido tasado en cientos de millones de dólares.
Desde el año anterior, decidimos seguir la acción de Biosante en Nasdaq (BPAX), porque -por su vocación- parecía una de las biotecnológicas emergentes (especializada en tratamientos hormonales) destinadas a la gloria, a lograr el salto definitivo al culminar su propuesta médica.
En julio pasado, cuando la compañía estaba ofreciendo información promisoria, en línea con lo esperado, su emisora ya cotizaba a 3.81 dólares por acción (había iniciado el 2010 a 1.50).
La noticia de la tarde de este miércoles la hizo descender de inmediato un 15.9%, y todo parece indicar que seguirá su canal descendente. Su cotización hoy es de 2.12, es decir, 55.6% menor al precio en que cerró hace cinco meses.
Debe reconocerse que las investigaciones sociológicas, sicológicas y médicas sobre el impacto que ha tenido el viagra en las relaciones de pareja maduras y estables, en la más reciente década, aún tienen mucho que aportar. El objeto de estudio está abierto y en espera de atenderse con mayores evidencias y muchas horas de trabajo de campo.
Y es que el viagra, y sus posteriores competidores que crean un efecto similar: cialis y levitra, distan de ser la panacea. Mejor dicho, empiezan a generar problemas por la manera, digamos unilateral, en que proponen resolver el problema del descenso gradual hormonal que tiene lugar en ambas partes (estables): justo en la edad en la que suele aparecer el HSDD.
Por ello, vale reconocer que las respuestas y reacciones femeninas al viagra, en el seno de las parejas estables, no en todos los casos –y cada vez más, ni siquiera en la mayoría de ellos-, se inclinan hacia su incorporación plena como parte de la “dieta” regular para alimentar la cercanía con la contraparte.
La caída momentánea de LibiGel se suma al fracaso que hace un año tuvo el laboratorio alemán Boehringer Ingelheim, con su propuesta para contrarrestar el HSDD, basada en los efectos de un antidepresivo de origen (flibanserina).
La FDA lo rechazó en octubre del 2010 y la compañía germana prefirió de plano interrumpir la investigación y encauzar sus inversiones hacia otro lado.
El único producto existente que podría interpretarse por sus resultados como un viagra femenino –siempre en la dirección del remplazo hormonal-, se llama Intrinsa y se presenta en forma tradicional, esto es, como parche transdérmico.
Intrinsa cristalizó, en su momento, la primera propuesta médica para incorporar una hormona masculina (testosterona), como alternativa para tratar el HSDD en mujeres. Este medicamento fue desarrollado y puesto en el mercado europeo hace cinco años, es decir, mucho antes de que LibiGel en América se propusiera perfeccionar el suministro hormonal transdérmico.
De hecho, los resultados de Intrinsa han sido reconocidos, pero los efectos secundarios a la larga provoca -por su condición hormonal- fueron los factores que mantenían entusiasmado al laboratorio estadounidense Biosante para desarrollar y poner en el mercado un gel fácilmente asimilable (no un parche), que significara un paso adelante en el tratamiento del HSDD y minimizara las consecuencias del suministro de testosterona (mediante una precisa dosificación transdérmica).
El uso de Intrinsa, como tratamiento para el HSDD, ya fue rechazado por la FDA en el 2004 debido a los riesgos que se le asocian. Sin embargo, la EMEA (homóloga de la FDA en Europa) lo aprobó dos años más tarde, bajo el argumento de que “los beneficios son mayores que los riesgos”. De hecho, Intrinsa, no se comercializa en América.
En resumen: aún no hay avances.
El viagra femenino puede esperar…
Fuentes: Biosante, FDA, EMEA, Boehringer Ingelheim.