Las cryptocurrencies, vistas desde América Latina
Las cryptocurrencies, vistas desde América Latina
Por @CarlosMacías_
Un análisis de interés sobre la trayectoria de las criptomonedas hasta ahora, podría realizarse a partir de una de las más representativas monedas vituales: el Dogecoin (la moneda considerada “emergente” en febrero-marzo del 2014).
Dogecoin fue creada apenas en diciembre del 2013 por el australiano Jackson Palmer y el estadounidense Billy Markus (quien adaptó su nombre a Shibatosi Nakamoto, tomando el ejemplo ya célebre del creador ignoto de Bitcoin).
Dogecoin nació de hecho como un juego con la imagen del meme shibe o, si se quiere, como una versión irreverente de Bitcoin. Nada de formalidades. Los medios especializados en finanzas y los círculos cercanos a Bitcoin no la tomaron en serio.
Entre las decisiones clave tomadas por los fundadores de Dogecoin, en diciembre del 2013, quizá la determinante haya sido programar un límite de emisión a su criptomoneda.
CIFRAS DE EMISIÓN DEL DOGECOIN
Cantidad finita proyectada: 100, 000, 000, 000 Doges (a dic., 2014)
Total al 30 de Marzo del 2014: 65,495,906,086 Doges (65.50%)
Capitalización de Mercado al 30 de Marzo del 2014: 34,904,723 Dólares
Palmer y Markus estimaron que la actividad minera de los integrantes de su creciente comunidad alcanzaría a colocar en circulación 100 mil millones de Dogecoins en sólo 12 meses. Esta decisión lo distanció de casi todas las criptomonedas, porque implicó nacer con una escala de cotización por unidad muy inferior al resto.
Dogecoin ha alcanzado a minar a finales de marzo casi 66 mil millones de doges, es decir el 66%, cifra que estaba proyectada para alcanzarse en junio del 2014.
Y los desafíos se multiplican. Dogecoin es la altercoin que contará con más unidades minadas (100 mil millones), incluso un número mayor a las tres cryptomonedas dominantes que no fueron minadas socialmente y que son patrocinadas por diversas empresas del sector: Ripple y dos menores: Nxtcoin y Maestercoin.
# | Nombre | Capitalización | Precio | Total minado | |||
---|---|---|---|---|---|---|---|
1 | Bitcoin | $ 5,687,656,068 | $ 452.05 | 12,582,050 BTC | |||
2 | Ripple | $ 951,828,146 | $ 0.0095 | 99,999,996,204 XRP (no minada) | |||
3 | Litecoin | $ 349,846,244 | $ 12.94 | 27,037,254 LTC | |||
4 | Peercoin | $ 41,484,846 | $ 1.95 | 21,270,503 PPC | |||
5 | Dogecoin | $ 34,110,168 | $ 0.00052 | 65,483,542,485 DOGE | |||
Fuente: Coinmarket, al 30 de marzo del 2014.
Creemos que lo relevante es que, incluso con el hecho de que la cotización por unidad del Dogecoin sea muy inferior a las tres mayores (Bitcoin, Litecoin y Peercoin), lo cierto es que el valor de capitalización del Dogecoin ha consolidado un tamaño considerable y un tanto inesperado, sólo por detrás de las tres mencionadas.
Implicó también, a más de la confianza en una masiva comunidad participante, una atomización per se de la actividad minera y del reparto de las recompensas del minado.
¿Un anticipo acerca de la necesidad de impulsar una emisión social, popular, de las criptomonedas para una mayor circulación? Quizá. No lo podemos aventurar, pero los recientes ejemplos del Auroracoin en islandia, el Aphroditecoin en Chipre y el Spaincoin en la maltrecha madre patria, pueden ilustrar alguna tendencia que cuestiona la dependencia Estado-Moneda.
Por lo pronto, nos quedamos con la oportuna respuesta planteada por Andreas Antonopoulos a las necedades de la ortodoxia financiera, instalada aún en una postura propia de la época pre internet:
- ¿Por qué alguien confiaría su dinero en los nerds, en lugar de confiarlo a una banca central?
- Los nerds nos trajeron Internet. Los bancos centrales nos trajeron la Gran Depresión.
Pero volvamos con nuestro ejemplo Dogecoin.
Más allá del impacto positivo en las redes y de su impensada viralidad (montada en la identidad atractiva del meme),Dogecoin contaba ya en diciembre con la semilla para diseminarse por los conductos de mayor socialización, en un momento en que la moneda virtual por antonomasia (el bitcoin) estaba abriendo brecha, entrampado entre la lucha por su credibilidad (trabas en China) y en su natural cuello de botella: un canal cambista creíble (quebraba su mayor cambista, la japonesa Mt. Gox).
Lo dicho, el gran problema de todas las criptomonedas hoy no es tanto el escepticismo y recelo de los gobiernos y de las bancas oficiales y privadas (incluidos PayPal, Visa y MasterCard), sino más bien la consolidación del mercado de cambios con nuevas empresas e instituciones creíbles y sólidas, que sean acordes a la magnitud del crecimiento de la actividad cambista en la red y al apetito de intercambio individual en línea. En una palabra, todo ese ambiente propicio que se empieza a llamar «ecosistema» para el desarrollo y la expansión en línea de las criptomonedas.
Este programador y mercadólogo (Adobe) Jackson Palmer, al interiorizarse de otras experiencias monetarias en el entorno altccoin (y de la propia historia de la economía), empezó a mostrar ya algunos replanteamientos a su proyecto apenas dos meses después del nacimiento del Dogecoin.
Esos replanteamientos se relacionaban con la sustentabilidad futura de su cryptocurrency y con la mejor manera de afrontar la probable cifra negra anual de merma de la moneda (estimada en diciembre del 2014), por diversas causas de eliminación involuntaria en los monederos o wallets individuales (p. e. los errores de manipulación entre los usuarios noveles).
Para afrontar esa probable “deflación” anual, Palmer anunció la aprobación de una emisión anual adicional de cinco mil millones de Dogecoins (serían 105 mil, al iniciar el 2015), acompañada de un nuevo bloque estático de recompensa de 10,000 doges (frente a los 250,000 vigentes).
Ello podría ser visto también como una manera de hacer persistir, aunque de modo marginal, la actividad minera comunitaria, un simbólico elemento de integración de la comunidad Doge.
A diferencia del Bitcoin, la cadena de bloques de algoritmos del Doge no están basados en el Sha-256 bits, sino en la criptografía inaugurada por Litecoin para las monedas virtuales, la Script.
Minar desde Script implica recurrir más a la memoria de procesamiento de los equipos de los mineros, donde las tarjetas de gráficos más complejas y caras, han resultado las más potentes y apetecibles por su capacidad de minado.
De hecho, son las mismas tarjetas de los gamers; por ejemplo, la Radeon R9, 270x, 280x y 290x, para no mencionar a la inalcanzable 7990 (todas ellas bajo la órbita de ATI y del segundo fabricante de microprocesadores AMD).
La disrupción más interesante se produce no cuando un problema no se resuelve, sino cuando se torna irrelevante. Las criptomonedas podrían hacer justamente eso con los sistemas de pagos tradicionales.
Andreas Antonopoulos
Por ello, es sintomático que desde el segundo semestre del 2013, las tarjetas de gráficos o video (así como las tarjetas madre que pueden albergar varias tarjetas de video, tipo Extreme o H81) hayan mostrado una alta demanda en los almacenes especializados, en Mercado Libre, en Ebay y en Amazon.
Tiene su encanto la improvisación, sí. La habilitación de estructuras de madera o plástico para cajas ventiladas, el aprendizaje de cómo interactúan y operan el procesador (CPU), las tarjetas (GPU), la fuente de poder (PSU) y los programas de minado (cgminer. p.e.), hasta conseguir arrancar ese armazón tipo Frankenstein, que llaman rig, hasta conseguir minar y ver resultados de minería en la pantalla.
Pero finalmente, no deja de ser improvisada esa tarea de minar en un equipo creado con lo mejor de la imaginación.
Y de repente surge lo incómodo. Los llamados equipos ASIC serían los entrometidos del momento. De modo comprensible, algunos círculos de la comunidad altcoin empiezan a apreciar con recelo el auge de las nuevos dispositivos creados -como debe ser, creemos- ex profeso.
La historia de la informática denomina a estos equipos, genericamente, ASIC´s (Application Specific Integrated Circuit), que surgen como respuesta técnica a una aplicación determinada. Es decir, ¿para qué sirve el romanticismo fundado en el esfuerzo de readaptar una PC para minar, si se pueden integrar de fábrica los circuitos necesarios con ese cometido específico para trabajar en la red?
Expliquémoslo mejor. Si queremos usar el mejor ejemplo para comprender por qué surgen las ASIC´s como mecanismos que racionalizan la minería, pensemos en nuestra costumbre anticuada y desmedida de destinar una PC o una laptop para nuestras exposiciones habituales de Powerpoint en clase. ¿No sería mejor inventar un aparatito portableque sólo lea la USB, navegue en red y conecte al proyector?
ASIC diseñada por Butterflly Labs. Tiene un costo de 345 dólares y llega a minar hasta 10 G Hash. Esta diseñada para Bitcoin, es decir para Sha-256. No trabaja con Script (Doge y Litecoin).
Digamos, a diferencia de nuestras clases en el aula, que en la minería sí puede haber una acelerada rentabilidad relativa, y es por ello que nacieron de pronto las ASIC´s para minar. El asunto problemático es que éstas pueden despojar a lascryptocurrencies de todo lo popular y romántico que tenía la minería integradora y global; esto es, están despojándolas de lodemocrático y defendible que tenía su origen.
Así empezaron a surgir como hongos, en China, en Europa y en Estados Unidos, las nuevas compañías de diseño sencillo o intrincado ASIC´s. Con ellas puedes minar a 10, 15, 30 Giga hash, en lugar de los 4 que suele minar en promedio el minero más aventajado y disciplinado. El problema es que esos equipos cuestan de 350 dólares en adelante (Ver imagen).
Decíamos que tiene razón algún sector de la comunidad Doge en reaccionar en contra del empleo de las ASIC´s, por considerar que rompe con la naturaleza del minado colectivo y de algún modo propicia la incursión de sectores adinerados y especulativos sobre la actividad minera. Esta irrupción podría desplazar los dispositivos en caja iniciales (el romanticismo que aludimos), elaborados como suma burda de partes.
Pero bien visto este proceso de especialización, debemos interpretarlo como consustancial al ingreso y atención de las compañías -digamos que invierten en innovación- sobre las perspectivas de los resultados promisorios de la actividad. Además, es imposible detener sus propuestas y su oferta de dispositivos.
Pero reparemos en el ritmo del minado. Si Dogecoin se propuso minar 100 mil millones de doges a diciembre del 2014, y en marzo ha logrado el 66% de su meta, cuáles serían los efectos de la aceleración del proceso. El primero -creemos- podría derivar en una indeseable mayor concentración del dinero virtual.
Conviene a todos -mineros, socios de la Fundación, comerciantes nacientes de esta y otras monedas virtuales- que el precio de cada Dogecoin se mantenga en el nivel discreto de las últimas semanas.
Porque cada vez que el Dogecoin aumenta su cotización, el grado de dificultad en cada cadena de block también se eleva. El alza sostenida implicaría incosteabilidad para muchos pequeños mineros: mayor tiempo de minado para conseguir lo mismo y, por consiguiente, mayor consumo de energía eléctrica.
Jackson Palmer, el australiano fundador de Dogecoin, rechazó apenas en febrero pasado la oferta de varios cientos de millones de dólares, realizada por una compañía de fondos (hedge funds) por incursionar en la promoción de la moneda.
La convicción del australiano es que Dogecoin nació y se mantendrá como una criptomonenda con identidad social, descentralizada… con mascota incluida.
“Dogecoin -subrayó- es parte de la comunidad que la sustenta”.
Lo cierto es que, aún para Palmer, las criptomonedas atraviesan hoy un estado experimental, incierto.
Estamos apenas en marzo.
Permanecen demasiadas interrogantes.